
Internet y las redes sociales han cambiado la forma de vender y de llegar a los clientes o usuarios finales. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas no están aprovechando todo el potencial y las posibilidades y oportunidades que ofrecen estos canales, que han dejado de ser un extra para pasar a ser complementarios del establecimiento físico o prioritario, al superar en muchas ocasiones las ventas a golpe de clic las conseguidas con el sistema tradicional.
Las pymes aragonesas sí están concienciadas de la importancia de estar en Internet. El 82% de las pequeñas y medianas empresas en la comunidad aragonesa tiene una página web, pero solo el 6% vende a través de ella.
Además, se observa que tampoco aprovechan al máximo el potencial de las redes sociales. Por ejemplo, apenas el 24% tiene perfil en Facebook, porcentaje que cae al 15% en el caso de Instagram y al 12% en Twitter. En LinkedIn, la presencia es todavía menor: el 7%. Son cifras todas ellas en línea con las pequeñas y medianas empresas españolas.
Estos datos reflejan que hay mejora en la presencia y actividad de las empresas en Internet -aunque algunas venden a través de marketplaces-, y en las redes sociales, sobre todo si se tiene en cuenta que el 78% de los españoles compra a través de la red y el 48% sigue a sus marcas favoritas en las redes sociales.
"Mejorar estos aspectos tiene ventajas para las pymes. El horario de venta en la web es indefinido" porque los clientes pueden comprar a cualquier hora, además de ampliar la "posibilidad de alcance geográfico", puesto que no se tiene que estar pendiente de si hay una tienda o no en la zona para adquirir un producto, lo que facilita llegar a más zonas, generar más ventas e impulsar la expansión, afirma Carlos Jiménez, asesor de Marketing Digital para Zaragoza de BeeDIGITAL, a elEconomista
Y, entonces, ¿qué falla? "El problema actual es que no le sacan rendimiento y muchas webs no tienen la configuración adecuada. Les faltan etiquetas o fotos de forma adecuada para Google". Y los datos así lo reflejan: el 60% de las pymes no aparece en la primera página de este buscador y sólo el 5% lo hace en Google Maps.
También existen algunas trabas. Y una de ellas es la digitalización en la que las pymes tienen que seguir avanzando, aparte de existir una cierta "preocupación porque no cuentan con conocimientos suficientes para el uso de herramientas digitales".
Igualmente, se observa la necesidad de una mayor concienciación de cara a la inversión para ser consciente de que "se mejora la cifra de ventas y la relación con los clientes" porque es posible disponer de un chat o apartado de preguntas frecuentes, entre otros, así como incorporar la descripción del producto.
Cómo vender más
Para aprovechar todo el potencial de Internet y de las redes sociales, varias son las pautas a seguir. La primera de ellas es tener un perfil de empresa en Google porque esta ficha ayuda a los negocios a aumentar la visibilidad de sus ecommerces y, en consecuencia, a ubicar los datos en el buscador. Esto a su vez redunda en un mejor posicionamiento en los resultados que se muestran a las personas y también será más fácil encontrar datos clave como el número de teléfono o la dirección del establecimiento. "Hay que estar en Google y donde están los clientes", añade.
La página web también es decisiva, teniendo que prestar especialmente atención a algunos aspectos como el mapa de sitio, que debe figurar, aparte de ofrecer contenido y poner etiquetas en las imágenes que sean reconocidas por Google.
Igualmente es fundamental tener una web que facilite la compra, como se hace en la tienda física, por lo que es vital incluir fotos y descripciones del producto. La organización de las secciones es otra de las claves, así como los datos de contacto, las formas de pago o la política de cambios y devoluciones.
Asimismo, hay que aprovechar la venta online en todas las dimensiones. Es decir, aparte de tener un ecommerce propio, es de gran ayuda incorporar algunas herramientas para reservas, por ejemplo en el caso de restaurantes o peluquerías, o estar dentro un marketplace, entre otras posibilidades a las que se suma el ChatGPT.
Y también hay que trabajar las redes sociales en las que es habitual que se tenga menos actividad "por la falta de tiempo y desconocimiento. Muchas veces se tiene miedo a lo desconocido. También hay que calendizar los contenidos" porque, de lo contrario, "se pierden oportunidades de negocio e, incluso, se puede llegar a perjudicar a los usuarios y a la marca".
Pero, sobre todo, hay que tener muy claro "qué es lo que se quiere, para qué se quiere estar en Internet, que se quiere conseguir y trabajar una estrategia", concluye Carlos Jiménez.