En un mundo en constante transformación como el que vivimos, queremos que la celebración del Día de la Educación Financiera nos sirva para ser realistas y afrontar los problemas económicos con objetividad y valentía, sin cerrar los ojos ni retrasar aquello que conviene acometer, preocupándonos por lo que verdaderamente podemos cambiar sin lamentar lo que ya no tiene remedio y, en su lugar, apoyarnos en valores perdurables y en el conocimiento para superar las dificultades.

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