En los últimos años, los llamamientos a relocalizar la producción han saltado de los discursos antiglobalización al centro de estrategias económicas de los principales estados europeos, España incluida. La pandemia y crisis como la crisis de suministros en 2021 han mostrado el riesgo que conlleva una excesiva dependencia de terceros países, como Vietnam, que repercute en variables como la inflación y el crecimiento del PIB. Pero el principal escollo sigue muy presente: ¿cómo competir con economías con costes laborales y de producción mucho más bajos, como Vietnam? En este escenario, las innovaciones en robots e inteligencia artificial empiezan a presentar una solución inesperada. ¿Y si una mayor automatización es la clave para recuperar los empleos perdidos en España al traer de vuelta las factorías?