Corresponsal en Bruselas

El ejercicio de fuerza y coacción exhibido por el Ejecutivo de Donald Trump ha dado sus frutos. Esa intención de reequilibrar la balanza comercial con la UE, deja a Bruselas con mal sabor de boca y a los Gobiernos comunitarios con la sensación de que Europa ha cedido ante Estados Unidos. El resultado final, ese arancel del 15%, deja un escenario de críticas a una Comisión Europea que no ha mostrado músculo en el diálogo, que se ha plegado a los intereses de la Casa Blanca, frente a un primer mandato del republicano en el que sí dio una respuesta más contundente. Tan solo un sector sale beneficiado, el del automóvil y, por tanto, la economía alemana.

Una de las mayores incógnitas que sobrevuelan las tensiones comerciales exhibidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es cuál será su impacto en la evolución de la economía. Las perspectivas son más halagüeñas bajo un gravamen del 15% a las importaciones que un escenario en el que no hubiera acuerdo y se elevara al 30%. Las principales estimaciones apuntan a que el PIB de la eurozona experimentará un recorte de entre un 0,3% y un 0,5% a causa de los aranceles.

La reunión del pasado fin de semana en Escocia entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, delineaba una pista de aterrizaje para las interminables negociaciones comerciales entre ambos ejecutivos. Ese arancel general del 15% se plasmaba en un acuerdo al que le faltaban los últimos flecos por cerrar antes del 1 de agosto, cuando termina la tregua comercial concedida por la Casa Blanca. Bruselas espera que Washington empiece a aplicar desde mañana el gravamen del 15% a las importaciones comunitarias pese a que los equipos negociadores deban, todavía, terminar de sellar el pacto.

La perspectiva de incrementar el gasto en defensa en la UE ha forzado a Bruselas a disponer instrumentos para incrementar la inversión en este sector. Uno de ellos era el bautizado como instrumento SAFE, dotado de 150.000 millones de euros en préstamos para la compra de equipo militar. España y otros 16 Estados miembro han confirmado a Bruselas su intención de solicitar los créditos disponibles al amparo de esta financiación.

Las tensiones comerciales con EEUU arrojan incertidumbre sobre la evolución de la economía de los países del euro. Por lo pronto, su ritmo de crecimiento de ralentiza. El Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona registró un ligero avance del 0,1% en el segundo trimestre del año, frente al avance del 0,6% que registró entre enero y marzo.

En la cuenta atrás para que terminara el plazo ampliado de tregua comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, ambos ejecutivos sellaban un acuerdo que permitiría esquivar una escalada arancelaria. Fue en Escocia, el pasado domingo, cuando Bruselas y Washington pactaban un gravamen general a las importaciones del 15% que concedía cierto alivio sobre las amenazas a punto de materializarse. Pero el acuerdo incluye cierta letra pequeña y no todo está escrito. Hay excepciones, hay diferentes intenciones respecto a los compromisos de inversión y margen, todavía, para cambios y sorpresas sobre lo pactado.

La espiral de tensiones comerciales que conjuraba la escalada arancelaria esgrimida por Donald Trump encontraba este fin de semana cierto alivio. Con mayor o menor satisfacción respecto al resultado, la UE y EEUU llegaban a una solución a sus negociaciones que se zanjaba con un arancel universal del 15% desde ambos lados del Atlántico, aunque contempla ciertas excepciones. El gravamen a las importaciones es un balón de oxígeno para la industria del automóvil que ve como se rebaja la tasa que se aplicaba, aunque la presión aumenta para otros sectores como el metal o el agrícola.

El acuerdo comercial que han sellado la UE y Estados Unidos este fin de semana ponía a Bruselas en una complicada situación. Las principales críticas apuntan a que el bloque comunitario ha cedido ante la presión de Trump. A haber cerrado un acuerdo que favorece los intereses estadounidenses pero no llega a cumplir las expectativas de Europa. Ante tales críticas, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, ha defendido este lunes que se trata del mejor acuerdo posible y que el objetivo era evitar las consecuencias de una guerra comercial con Washington.

La Comisión Europea prosigue en su escrutinio a las prácticas de las plataformas de comercio electrónico. En esta ocasión le ha tocado el turno a la china Temu. La Comisión Europea podría imponer una multa multimillonaria a la firma asiática por infringir la normativa comunitaria de Servicios Digitales al vender productos ilegales en su ecommerce.

El acuerdo sellado entre la UE y Estados Unidos este fin de semana en Escocia deja mal sabor de boca en Bruselas. Las críticas se centran en la falta de poder negociador por parte del Ejecutivo comunitario, que se plasma en un acuerdo que no satisface realmente las ambiciones europeas, sino que se pliega ante las de Washington. Una realidad que se refleja en este arancel del 15% de ambas partes han acordado aplicar y que evidencia cómo la UE claudica ante la Casa Blanca.