El pasado mes de octubre, Informalia avanzaba que María Dolores de Cospedal se había separado de Ignacio López del Hierro tras dos décadas de relación y 15 años de matrimonio, alegando "desavenencias en la convivencia". Madre de un hijo anterior a su matrimonio, la exministra está espectacular a sus 59 años: abogada del Estado en excedencia, triunfa con su despacho especializado en derecho administrativo, civil y mercantil tras dejar la política.

Por estos días, bajo la delicada llovizna británica que riega los campos de Oxfordshire como si preparara la tierra para una antigua ceremonia druídica, se cuece una historia de amor tan reluciente como los nuevos billetes que nunca llegan a ensuciarse. Eve Jobs, la hija del legendario Steve Jobs, pasa de pantalla: ha anunciado su próximo enlace con Harry Charles, jinete de casta, olímpico de oro, heredero de una tradición ecuestre que sabe de linajes tanto como de trofeos.

La batalla campal entre RTVE y las cadenas privadas está alcanzando niveles insospechados. La corporación pública rompe el mercado con dinero de los contribuyentes, ficha y contrata con cachés que nadie alcanza y sin consideraciones propias de un Ente de titularidad pública. Nunca en la historia de RTVE, al menos en la etapa democrática, se habían visto situaciones como las que están ocurriendo actualmente bajo la presidencia de José Pablo López, gestor omnímodo tras el cambio legislativo impulsado por el gobierno de Pedro Sánchez, que permite al máximo responsable de la Corporación control absoluto y sin límites. Muchos de los deplorables espectáculos a los que asistimos casi a diario, en otros tiempos hubieran supuesto la dimisión inmediata del presidente o los directivos. Y no hace falta ir hasta la época de Pilar Miró y sus trajes, cuando la guerra cainita del PSOE guerrista contra el PSOE felipista acabó con la mejor gestora que jamás pasó por esa Casa. Hoy, un detalle así sería irrisorio.

La aparición de Melody en el programa DeViernes, de Telecinco, que se materializará en una o dos semanas, no es un movimiento improvisado. Detrás del fichaje de la polémica artista que representó a España en Eurovisión en Basilea hay una historia de tensiones, estrategias cuidadosamente calculadas y motivaciones que van más allá de la mera promoción artística. Según fuentes cercanas a las distintas cadenas y productoras con las que ha negociado, el dinero y la venganza han sido dos factores determinantes en la ruptura con Televisión Española y su posterior desembarco en la competencia.

Hace apenas unos meses fue descubierta con su nuevo amor, justo después de su separación de José María Almoguera. Sin embargo, este mismo miércoles, la que fuera nuera de Carmen Borrego ha soltado la bomba: "He roto con mi novio. He sido yo quien ha tomado la decisión. Él quería cosas que yo no le podía dar, y ahora quiero enfocarme en mi trabajo. No tengo tiempo para dedicarle. Somos amigos, es muy maduro y lo hemos hablado", ha dicho Paola Olmedo en Telecinco.

José María Almoguera es la misma persona que despotricaba contra su madre. Llamaba vaga a Carmen Borrego por preferir vivir de estar delante de las cámaras en lugar de trabajar ocho horas detrás de ellas. Pero ahora ha cambiado y se ha sumado de lleno a lo que él mismo calificó como "the fucking show", en alusión crítica a esa otra "profesión" que consiste en convertir la vida propia en un show y vender exclusivas, gritarse en público, desvelar intimidades ante las cámaras o llorar en platós al estilo de su madre, su tía Terelu o su prima Alejandra Rubio. La cifra que le ablanda, según nos dicen, es "una cantidad en torno a 5.000 euros al mes" y "bonus" extra por determinados aspectos de su vida privada.

El paso de Melody por Eurovisión ha supuesto un auténtico huracán, no solo para la cantante, sino también para Televisión Española. El pasado lunes, tras su esperada rueda de prensa, la cantante sevillana rompió todas las normas y, aunque en un principio se mostró contenida, finalmente terminó arremetiendo contra la organización del certamen. Y lo hizo delante del presidente de RTVE, de su número 2, Sergio Calderón, de su número 3, Ana María Bordás, y de la directora de Comunicación de Televisión Española, María Izaguirre, con quien incluso tuvo un enfrentamiento. José Pablo López, sentado en primera fila, movía la pierna de forma compulsiva por los nervios y la tensión que se podía cortar con un cuchillo. Pero parece que la cosa no terminará ahí.

El postureo no es un fenómeno nuevo. Antes se llamaba "pose", ahora se disfraza de compromiso social. Pero en el fondo es lo mismo: decir una cosa y hacer la contraria. Uno de los programas campeones del postureo contemporáneo es La Revuelta, ese espacio modernillo que enarbola el progre millonario más famoso de la tele y lo mismo exhibe la bandera de la salud mental que se burla de quienes, precisamente, reclaman respeto y descanso por motivos emocionales. Melody se lo dijo este lunes en su cara y delante del presidente de RTVE, José Pablo López, que movía la pierna de forma compulsiva mientras la artista sevillana le cantaba las 40.

Trump juega con Europa a pasito p'alante y pasito p'atrás con los aranceles: tras golpear las bolsas el viernes anunciando un gravamen del 50% a sus productos, ahora retrasa de nuevo la fecha y amplía el plazo para negociar. Pero todo parece una distracción respecto de su conducta personal y la de su familia. Pese a acumular escándalos éticos y conflictos de intereses flagrantes, Trump ha tejido una red de negocios personales mientras ejerce el poder. La Casa Blanca y el Congreso republicano guardan silencio. Cuando Hillary Clinton era primera dama, una polémica sacudió la vida política estadounidense: se supo que años atrás había obtenido 100.000 dólares a partir de una modesta inversión de 1.000 en futuros de ganado. Aunque los hechos databan de más de una década antes de la presidencia de su marido, el episodio se convirtió en un escándalo nacional, con cobertura mediática durante semanas y una revisión oficial desde la Casa Blanca.

Éxitos y aciertos como The Floor, el concurso de Chenoa, o el Futuro Imperfecto de Buenafuente, no compensan ni justifican la inexplicable continuidad de La familia de la tele, que ha pasado a ser un absoluto escándalo nacional. Ni siquiera la polémica de Eurovisión, el televoto, los de Israel y Melody han opacado el desastre de las tardes de La 1. Otros programas que van razonablemente bien, como el nuevo Mañaneros o Las Malas Lenguas, marcan datos aceptables pero el Consejo de Informativos de TVE ha abierto una investigación a los programas de Javier Ruiz y Jesús Cintora ante las numerosas quejas de los profesionales de la casa y recuerdan que "deben separar claramente la información de la opinión y ajustarse a los criterios de rigor, independencia, pluralismo, neutralidad e imparcialidad".