El ruido político es cada vez más estruendoso alrededor de la Reserva Federal de EEUU, el banco central más vigilado del planeta. El presidente del país, Donald Trump, está intensificando su labor de acoso y derribo sobre el actual presidente del organismo, Jerome Powell, al que él mismo nombró en su primer mandato en la Casa Blanca. Fiel a la ortodoxia de un banquero central, Powell está pausando los recortes de los tipos de interés con el recuerdo muy presente de la crisis inflacionaria posterior a la pandemia. Enfrente tiene a un Trump que, si en su primera etapa, ya le presionó para que hubiera tipos bajos, ahora lo está insultando prácticamente a diario, ha amenazado varias veces con su despido y ahora parece estar pasando a la acción de una forma más artera.