EEUU está sufriendo una situación que, probablemente, no aparecía en la libreta de pronósticos de ningún analista. El rápido deterioro de la posición fiscal del país, junto a las erráticas y controvertidas políticas de Donald Trump están provocando una situación casi inaudita. Los inversores empiezan a ver más riesgo en la deuda americana que en la española. Pero no solo eso, los inversores empiezan a comparar la deuda de EEUU con la de países como Grecia o Italia, cuya capacidad de devolver estos pasivos ha sido cuestionada en la historia reciente en varias ocasiones. El plan fiscal de Trump habla de recortes de impuestos, mientras que los de gasto brillan por su ausencia. Se prepara una política fiscal expansiva al tiempo que los mercados ya parten de una posición de tensionamiento elevada, con un dólar a la baja y la salida parcial de los inversores extranjeros de la economía de EEUU.