
La crisis de deuda soberana de la zona euro será recordada para siempre por los polémicos rescates (las condiciones que imponían a cambio de recibir los préstamos) de los países más débiles del bloque. Las economías rescatadas presentan en la actualidad una situación financiera aparentemente más sostenible (con la inestimable ayuda del Banco Central Europeo), pero dentro estos países hoy destacan uno que entonces fue el que pasó más desapercibido por su pequeño tamaño y lo particular de su crisis: Chipre fue el último país rescatado. La Biblia dice que los últimos serán los primeros y en este caso esta expresión se ha hecho realidad. La economía de Chipre presenta hoy la deuda pública más baja de todos los países que recibieron ayuda. Pero no solo eso, Chipre tiene el honor de ser el país de Europa que presenta mayores superávits fiscales y de ser la única economía que está reduciendo su deuda de verdad, es decir, en términos absolutos.
Tal y como le gustaba a la Troika (FMI, BCE y Comisión Europea), en la madrugada de un domingo de marzo de 2013, tras diez horas de durísima negociación, la troika y los países del euro alcanzaron un acuerdo con Chipre para salvar al país mediterráneo del impago, provocado por la caída de un sistema bancario, lleno de depósitos de oligarcas rusos, que tenía un tamaño desproporcionado respecto a la economía de Chipre.
Chipre: luces y sombras
Desde entonces, la historia económica de Chipre ha tenido luces y sombras. Por un lado, la renta per cápita del país no ha recuperado los niveles previos a la crisis financiera. Pero por otro, se ha producido una suerte de milagro en las finanzas públicas del país basado en la disciplina fiscal. La deuda pública se ha reducido a niveles no vistas en más de 13 años, mientras que Chipre disfruta de los mayores superávits fiscales de la zona euro, lo que le ha permitido reducir la deuda pública en términos absolutos, algo desconocido en los países desarrollados en los últimos años.
Cuando los medios publican que la deuda pública de España ha caído, se hace referencia a la deuda sobre PIB, que además contabiliza la inflación (que infla el PIB nominal), pero lo cierto es que la deuda en euros sigue subiendo, una tendencia normal en los países avanzados, salvo para Chipre, que ha rebajado su deuda de los 25.000 millones de euros hasta los 23.000 millones actuales.
Esta política de austeridad cuenta con defensores, pero también con importantes detractores. Un importante periódico chipriota (el único que cuenta también con publicación en inglés) publicaba recientemente un duro artículo tras la consecución de un nuevo superávit presupuestario del Gobierno y la presentación del plan de presupuestos para los próximos años. Este diario criticaba abiertamente los objetivos del Gobierno de Chipre por centrar sus esfuerzos en contener y rebajar la deuda en lugar de mejorar la vida de sus ciudadanos.
"Las propuestas de presupuesto para 2024 a 2026 presentadas a la Cámara de Representantes a principios de octubre de 2023 son una vez más interesadas en el sentido de que los intereses financieros y políticos a corto plazo de la élite que toma las decisiones se ven ampliamente recompensados, mientras que los intereses a largo plazo de la sociedad son en gran medida descuidados. La absoluta obsesión del gobierno por lograr superávits fiscales independientemente de los costes y circunstancias tiene como objetivo impresionar a la UE y a las agencias de calificación crediticia, pero al mismo tiempo dejar espacio para compensar cómodamente al creciente ejército de empleados, asesores y colaboradores políticos del sector público mediante mantener el gasto social y de desarrollo en niveles muy bajos", señalaba dicho diario.
Las críticas vienen, en parte, porque las políticas austeridad implementadas por el Gobierno han podido ser una de las causas que han impedido que la economía de Chipre recupere los niveles de PIB per cápita previos a la crisis financiera de 2008. En la actualidad, los chipriotas tienen un PIB per cápita que supera levemente los 34.000 dólares, frente a los 36.000 dólares de 2008. La contención en el gasto y la inversión pública han podido reducir el crecimiento potencial de la economía chipriota.
La cara buena de la austeridad
Para parte positiva, como se señalaba, es la notable mejora de la posición fiscal de Chipre. La reducción de la deuda ha sido impresionante, no solo en términos absolutos, también en términos relativos. A principios de 2021, la deuda sobre PIB era del 119%, mientras que los últimos datos publicados por Eurostat revelan que la ratio ha caído incluso por debajo del 80%. Esto ha permitido en pocos meses el rendimiento de la deuda chipriota haya caída desde el 4,2% (el bono a 10 años) hasta el 3,18% la que cotizan los bonos esta semana.
Esto ha sido gracias a los importantes superávits fiscales de los que ha disfrutado el país en buena parte de la última década. En 2022, Chipre tuvo el superávit más alto de toda la zona euro con un 2,4% sobre el PIB. En 2023 ha vuelto a suceder lo mismo, aunque el superávit ha caído levemente hasta el 2,3%.
Con todo, Chipre se ha llevado también halagos importantes de agencias y organismos internacionales. La última misión del Fondo Monetario Internacional destacaba que "con el apoyo de políticas sólidas, Chipre se ha recuperado rápidamente de la pandemia y ha demostrado en general una gran resiliencia ante múltiples crisis adversas. El crecimiento está por encima del de la mayoría de sus pares europeos y la inflación se acerca al objetivo del 2%. Además, el desempeño fiscal sigue siendo sólido y reduce significativamente la deuda pública".
Chipre, caso de estudio del FMI
El propio FMI publicó un documento ocasional que estudiaba el éxito de Chipre para salir de la crisis. Este documento, titulado 'Chipre, caso de estudio', destacaba el fuerte ajuste fiscal emprendido por las autoridades chipriotas en circunstancias económicas difíciles. "Aunque se redujo el gasto público general, se hicieron esfuerzos para proteger a los más vulnerables a través de un programa de apoyo a los ingresos bien focalizados. Chipre también introdujo legislación para modernizar el proceso presupuestario, fortalecer la rendición de cuentas del gasto público y establecer una planificación fiscal a mediano plazo. La recaudación de impuestos se hizo más eficiente y equitativa".
Además, el FMI destaca que tras la dura crisis de 2013-2014, "Chipre recuperó el acceso a los mercados financieros internacionales apenas 16 meses después de la crisis y desde entonces había emitido con éxito deuda en condiciones favorables en múltiples ocasiones", destacaba el FMI.
"La economía volvió a la senda del crecimiento y el sistema bancario volvió a tener una base más sólida. El crecimiento se recuperó antes de lo esperado y el desempleo comenzó a caer. Aunque la crisis afectó las finanzas públicas, los saldos fiscales han oscilado hasta alcanzar grandes superávits, lo que ha ayudado a que la deuda pública disminuya rápidamente y ha permitido su pago antes de lo previsto. Gracias a este buen desempeño, Chipre puso fin a su programa de rescate del FMI antes de lo previsto", concluía el informe.
Las agencias reconocen el esfuerzo
Aunque las agencias de rating han elevado la calificación crediticia rápidamente (en algunos casos como el de Moody's anunciando la subida de dos escalones de golpe), el rating aún no ha alcanzado la 'A'. Pese a todo, las agencias reconocen el esfuerzo de Chipre y el buen camino que han tomado: "Fitch espera un superávit presupuestario del gobierno general este año del 2,3% del PIB, superior al 1,7% proyectado en la revisión anterior de junio, y en contraste con una posición deficitaria estimada para la mediana 'BBB' (3,2%)".
Además, "a pesar de la extensión de las medidas de apoyo para mitigar el impacto de los altos precios y los costes fiscales, esperamos un nuevo superávit para el próximo año y 2025 (con un promedio de 2,2% del PIB). Evaluamos que las autoridades chipriotas están comprometidas a mantener suficientes superávits primarios para lograr una reducción sostenida de la relación deuda pública/PIB", sentencian desde la agencia Fitch en su última revisión.
El caso de Chipre puede considerarse como un auténtico éxito desde el lado fiscal. No obstante, los riesgos y el margen de mejor siguen presentes. El propio FMI destacaba en marzo de este año que, aunque los riesgos han disminuido todavía hay que vigilar algunos factores como "la desaceleración en los principales mercados turísticos y una escalada de conflictos regionales que podrían frenar los esfuerzos de Chipre por reorientar sus exportaciones de servicios. A medio y largo plazo, el cambio climático también plantea riesgos adversos, mientras que un reequilibrio acelerado del modelo de crecimiento tiene margen de mejora".