
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lanza un mensaje en contra del pensamiento de Donald Trump de hacer más nacionales las cadenas de suministro. El organismo multilateral advierte que se podría perder el 5% del avance del PIB real global por culpa de la relocalización de las cadenas de suministro y se podría perder el 18% del comercio mundial. Estas son dos conclusiones de su análisis sobre la resiliencia de las cadenas de aprovisionamiento, publicado este mismo lunes.
Según el estudio, la economía global "perdería estabilidad en más de la mitad de las economías analizadas, lo que desmiente la idea de que el reshoring es intrínsecamente una fuente de estabilidad". Con pérdidas que irían entre el 1,1 % y el 12,2 % según el grado de integración de cada país tenga en dichas cadenas de valor.
En un contexto marcado por las tensiones comerciales derivadas de la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, el organismo multilateral intenta reafirmar su doctrina fundamental basada en el fomento el liberalismo económico, desmarcándose así de la postura adoptada por su principal país miembro.
El documento reitera que queda claro que contar con fuentes de suministro abiertas y geográficamente diversificadas brinda una notable capacidad de adaptación frente a crisis, interrupciones o impactos externos. El argumento que esgrimen es que cerca del 70% de las exportaciones del mundo están bien diversificadas y "solo alrededor del 30%" de los productos que muestra un nivel de concentración "elevado", es decir, con al menos dos veces más de concentración de lo que es posible en el mercado global.
Pero, entre del siglo pasado y el comienzo de la actual década, se incrementó en un promedio del 50% la proporción de productos que están fuertemente concentrados en un territorio. Desde la OCDE apuntan a que es especialmente notorio el aporte de China a esta concentración de las importaciones, puesto que en los últimos 25 años se incrementó del 5% al 30%, mientras que la contribución combinada de EEUU, Alemania y Japón "ha disminuido del 30% al 15%.
Esto quiere decir que el gigante asiático se sitúa como socio principal en el 30% de ocasiones en los que se da una gran concentración de las importaciones para una materia o producto. Por otro lado, la diferencia con las exportaciones ha menguado desde el 2% de hace 25 años al 6% a día de hoy.
La dependencia de China es particularmente marcada para las otras grandes economías emergentes que son los BRICS (Brasil, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica), ya que para ellos a principios de la década suponía el principal socio comercial en el 60 % de los casos de importaciones excesivamente concentradas, comparadas con el 9 % a fines de los 90.
En los países de la OCDE, China pesaba un 22% a comienzos de esta década en esos productos, con una alta dependencia en las importaciones, cuando 25 años antes el porcentaje se limitaba al 5%.
En el seno de la OCDE también se observan contrastes notables: países como Chile, México, Corea del Sur y Colombia presentan una alta concentración en el origen de sus importaciones para más de 400 productos. En cambio, naciones como Polonia, España, Italia, Francia o Alemania registran esta situación en menos de 150 productos.
"Las respuestas a las preocupaciones sobre la seguridad del suministro y la concentración del mercado, así como los flujos comerciales a largo plazo, corren el riesgo de crear distorsiones indeseables. Para garantizar que el comercio siga siendo la base de nuestra prosperidad compartida, y para garantizar que el comercio satisfaga las expectativas de nuestros ciudadanos, debemos trabajar juntos para fortalecer la confiabilidad y la resiliencia de nuestras cadenas de suministro", dijo el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann.
El sector manufacturero, el más expuesto
El análisis también destaca que la vulnerabilidad ante las disrupciones en la producción no es uniforme entre sectores. Aquellos considerados estratégicos para la seguridad económica y nacional —como el petrolero o el manufacturero—, debido a sus cadenas de suministro más complejas, presentan una mayor exposición. Asimismo, las perturbaciones que se originan en sectores nacionales suelen generar efectos más significativos que las que provienen del exterior.
Por otro lado, desde el organismo multilateral dicen que la transformación digital y las políticas orientadas a los objetivos medioambientales "también están transformando las cadenas de suministro mundiales".
"Las leyes y reglamentos con objetivos medioambientales que afectan a las cadenas de suministro podrían afectar directa o indirectamente a casi la mitad de la producción económica mundial. Estas leyes, cuyo objetivo es garantizar una mejor gestión de los impactos ambientales y sociales, conducen a un aumento de los costos de cumplimiento, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (Pyme) y las empresas de las economías en desarrollo", reza el documento.
Asimismo, los expertos solicitan que se generen "marcos normativos que refuercen la resiliencia y la eficiencia general de las cadenas de suministro".
"Los gobiernos deberían adoptar estrategias proactivas, incluida la promoción de la facilitación del comercio para mejorar la eficiencia de los procedimientos comerciales; reducir los obstáculos al comercio en los sectores de servicios que son esenciales para el funcionamiento de las cadenas de suministro, como el transporte y las finanzas; y facilitar la transformación digital de las cadenas de suministro sin perder de vista la cuestión de la seguridad de los flujos de datos transfronterizos", recalcan.