
Enresa se prepara para llevar a cabo una gran ampliación del almacén de residuos nucleares de baja intensidad de El Cabril. La instalación, que fue inaugurada en 1992, necesita ahora multiplicar su tamaño por cuatro para poder cubrir las necesidades del futuro plan de desmantelamiento de centrales nucleares.
Según los cálculos que ha llevado a cabo Enresa, El Cabril necesita alcanzar una capacidad de unos 220.000 m3, para poder dar cabida a los residuos procedentes del cierre nuclear pactado entre Gobierno y eléctricas. Este volumen total previsto se desglosa en un 44% de RBMA (residuos de baja y media actividad) que suponen aproximadamente 95.000 m3 y un 56% de RBBA (residuos de muy baja actividad) que supondrían aproximadamente 125.000 m3.
En la actualidad el almacén cordobés dispone de una capacidad de aproximadamente 50.000 m3 en términos de volumen de residuo acondicionado, por lo que Enresa necesita ampliar las celdas necesarias para la gestión de los residuos RBMA.
Capacidad para 2028
El análisis que se ha llevado a cabo concluye que se necesita disponer de estas capacidades en el año 2028, para no afectar a la planificación de operación y desmantelamiento de las Centrales Nucleares y poder continuar con el normal almacenamiento de estos residuos radiactivos.
La propuesta de ampliación prevé la construcción de un total de 27 celdas adicionales con capacidad para alcanzar el objetivo de los 220.000 metros cúbicos de residuos.
Según figura en los documentos que ha elaborado Enresa para gestionar la declaración de impacto ambiental, se ha planteado una obra en dos fases. En un primer momento se instalarían 12 celdas similares a las actuales de la plataforma norte-sur y posteriormente las 15 restantes.
En estos momentos, El Cabril se encuentra ya con un elevado nivel de residuos. De las 28 celdas disponibles en estos momentos a 31 de diciembre de 2021 se habían completado ya un total de 22. Enresa, no obstante, cuenta ya con la autorización para ampliar en dos celdas más la capacidad de almacenamiento de forma que no haya riesgos de paralización o de retrasos como ha pasado con el ATC.
Enresa considera en el documento, abierto a consulta pública hasta febrero, que es mejor mantener centralizados estos residuos nucleares, justo al revés de lo que va a pasar con los residuos de alta actividad que se iban a destinar a Villar de Cañas.
"El CA El Cabril es una instalación consolidada y madura, que lleva operando más de 30 años con total seguridad, y que se considera internacionalmente como un ejemplo de buena práctica. Esta opción permite mantener centralizados, en un único emplazamiento, la gestión y almacenamiento de los RBBA y de los RBMA, aprovechando las infraestructuras existentes en este centro".