
De nuevo, y tras varias semanas de (afortunada) ausencia, el coronavirus vuelve a ser noticia. Y lo hace, primero, por el estallido de casos de covid-19 que atraviesa China y, segundo, tras el abandono de su restrictiva política sanitaria 'Cero Covid' y la consiguiente apertura de sus fronteras.
Ante esta posible fuga de casos, algunos países han tomado medidas de prevención que ya parecían enterradas. Corea del Sur fue uno de los primeros, y desde el pasado viernes pide a los viajeros procedentes de China pruebas diagnósticas, tanto a la entrada como a la salida; tras este, tanto Estados Unidos como Italia también anunciaron esta semana que imitarán a los surcoreanos. Y a su lista se han unido otros como India, Singapur, Tailandia, Taiwán o Japón.
Mientras, en España, el Gobierno de la Comunidad de Madrid se apresuró a exigir medidas preventivas al Gobierno Central, a la vez que decidió activar el protocolo anticovid en las residencias de mayores y reforzar el hospital Isabel Zendal.
???? Frente a las informaciones alarmantes que llegan desde China hemos activado el protocolo anti-Covid en las residencias de mayores y reforzaremos el Hospital Isabel Zendal.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) December 29, 2022
Hemos solicitado al presidente del Gobierno que establezca controles a los vuelos procedentes de China.
Y este mismo viernes, a primera hora, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha tomado las primeras medidas: ha anunciado que se va a solicitar a los pasajeros procedentes del país asiático un test negativo de covid-19 o, en su defecto, la pauta completa "con vacunas autorizadas por la OMS". Del mismo modo, se ha convocado una reunión de la Ponencia de Alertas de Salud Pública y Planes de Preparación y Respuesta, integrada por expertos de Sanidad, las comunidades autónomas y las sociedades médicas, para analizar estas medidas.
Tras todo lo expuesto, y sobre todo tras el empleo del término de "alarma", cabe preguntarse: ¿debemos alarmarnos ante esta nueva oleada de contagios en China?
Mejor situados que en 2020
Según algunas estimaciones (ya que el país no ofrece datos sólidos), en China podrían estar contagiándose hasta 37 millones de personas diariamente. Y ya sea esta cifra u otra, esta situación encuentra su justificación en dos razones. Según explicó esta semana Luis Enjuanes, director del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) al diario El País, "La primera es que las restricciones impuestas estos tres años han hecho que muy pocas personas hayan pasado la enfermedad de forma natural". Y "la segunda es que las tasas de cobertura vacunal alcanzadas en China son inferiores a las de Europa y, especialmente, España, con unas vacunas que son además menos eficaces. Todo esto hace que la población esté muy poco protegida frente al virus", explicó el director.
Si comparamos la actual situación con la vivida a principios de 2020, son llamativas las similitudes entre ambas: un estallido de casos de una "neumonía" en China y su posterior expansión por Italia. Tras esto, es inevitable presagiar que el próximo movimiento del virus será hacia España. Todo ello, además, sin información procedente de China sobre las nuevas variantes y posibles mutaciones que pueden estar circulando y desarrollándose en el país asiático.
Sin embargo, nuestro país encara esta hipotetica y potencial amenaza en otras circunstancias a las de hace ya casi tres años, y mucho mejor preparado. "Desde mi humilde opinión, yo confiaría en que las vacunas y el nivel de inmunización que tenemos ahora mismo nos deberían de proteger de las variantes del virus circulantes. De todas formas, prefiero ser prudente y no especular con este tema, sino hacer una llamada a la prudencia", considera Antonio Salas, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela e investigador en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), en declaraciones al diario El Mundo.
Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, no descarta en el mismo artículo que podamos sufrir aquí una nueva ola, dado que estamos en un momento del año en el que "los virus respiratorios están en su mejor época y no es descartable que tras las vacaciones navideñas y la reincorporación de todos a nuestras actividades se produzca un incremento de incidencia".
Más optimista se muestra Quique Bassat, director del programa de Malaria de ISGlobal, quien considera que "en nuestro entorno más directo estamos muy bien protegidos y con unas coberturas vacunales muy altas". En este sentido, Salvador Peiró, epidemiólogo e investigador en la Fundación para el fomento de la investigación sanitaria y biomédica de la Comunidad Valenciana (FISABIO), incide en declaraciones al Science Media Center de España (SMC España) sobre los elevados datos de vacunación e inmunización que tenemos. "España tiene una población muy vacunada (de más del 90 %) y muy infectada (un 75 % con infección pasada en la encuesta de seroprevalencia de la Comunidad Valenciana de principios de octubre). La proporción de personas con inmunidad híbrida es muy alta. Es lo que nos mantiene en la situación actual de bastante transmisión pero poco caso grave y eso no cambiará porque existan o dejen de existir algunas introducciones procedentes de China o de cualquier otro país".
Ante el riesgo, prevención y vacunación
Más allá de la precaución, varios investigadores señalan que las restricciones impuestas a los viajeros de China podrían carecer de sentido. Pedro Gullón, epidemiólogo social y miembro del Grupo de investigación en Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Alcalá, señala al SMC España tres aspectos a tener en cuenta. "Por un lado, si se adopta por miedo a que la alta incidencia entre en España, creo que tanto la PCR como el certificado de vacunación tienen una utilidad muy limitada, debido a que en España ya existe transmisión comunitaria alta. Por otro, si se adopta por la posibilidad de entrada de variantes en este crecimiento, cabe preguntarnos si existen verdaderas razones por las que esa variante surja ahora en China y no en EEUU que lleva meses se transmisión descontrolada. Por otro, para que el control de fronteras fuese efectivo tendría que tener PCR previa, PCR en llegada y cuarentena al llegar ya que, si no, se deja a las personas que están incubando. Por último, si ha surgido una variante en China es probable que ya esté circulando por países de nuestro entorno, por lo que habría que extender las medidas a todos los vuelos, y asumir que aquí no hay transmisión a estas alturas. Como informes del ECDC han declarado, las medidas de control en aeropuerto ante nuevas variantes, como mucho, pueden retrasar la entrada".
"Tenemos el precedente del cierre de vuelos con Sudáfrica en noviembre-diciembre de 2021 para detener la entrada de la variante ómicron y que no obtuvo la eficacia que se pretendía", apuntilla Zurriaga. "El problema de esta medida es que los viajeros que hayan salido desde China pueden no llegar directamente a España, sino haber hecho una o varias escalas en otros países o aeropuertos, por lo que habría que controlar a los pasajeros según su origen inicial y no según el origen del vuelo, algo que es bastante difícil y exige una coordinación internacional de medidas, aplicadas con los mismos criterios y el mismo rigor".
Por todo ello, el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología recalca la importancia de "disponer de la pauta vacunal completa, incluyendo dosis de refuerzo, y del seguimiento de las medidas que la situación aconseje en cada momento: utilización de las mascarillas apropiadas o evitar el contacto directo con otras personas si se tienen síntomas o se está en lugares con altas aglomeraciones o mala ventilación, evitar el contacto estrecho con personas vulnerables sin la protección adecuada, y ventilar adecuadamente los espacios cerrados".